Este mes de febrero el libro de microrrelatos
recomendado para el grupo de lectura de diarium es “Los años de lluvia” de
Jesus Esnaola. Sí, lo he escrito bien, Jesus (sin tilde) Un libro cuya portada
desnuda parece no anticipar nada y sin embargo la elección de ese color plano y
a la vez profundo, entre el verde y el azul pero cargado de negro, nos muestra
el tipo de relatos que vamos a encontrar en su interior. Tengo la suerte de
haber escuchado a Jesus (sin tilde) leer alguno de sus microrrelatos y la
entoncación melancólica que da a sus textos es como ese azul pizarra.
Leí este libro el año pasado cuando salió la
primera edición. Guardaba un recuerdo muy bueno de muchos de los micros
incluídos en el libro, pero para refrescar mi percepción he decidido aprovechar
mi viaje a Málaga (horas de espera en aeropuertos más la adicional del vuelo) para releerlo. Para poder comentar con
cercanía alguno de los microrrelatos, decidí marcar los que más me gustaran. No
tenía nada a mano, así que hice algo que odio… doblé la esquina superior de las
paginas que lo contenían y al final de la relectura más de la mitad de las
páginas del libro aparecen con la esquinita doblada… La conclusiòn es evidente:
Disfruté de la lectura de Los años de lluvia, pero aún he disfrutado más de su
relectura.
El próximo jueves 20 de febrero en EspaiDiarium sabremos lo que opinan los lectores del grupo de lectura. No quiero extenderme más, así que os dejo con
lo que el propio Jesus (sin tilde, aunque en la portada aparezca tildado) nos
dice de su libro.
Los años de lluvia
El origen de “Los
años de lluvia” es, esencialmente, azaroso. En realidad, si queréis que sea del
todo sincero, nunca imaginé que llegaría a publicar un libro. Ni era una meta,
ni uno de esos deseos que uno arrastra a lo largo de su vida. Símplemente
ocurrió.
En 2008 se me
ocurrió abrir un blog para obligarme a escribir. Sé que eso de obligarse a
escribir choca frontalmente con la idea romántica de que el verdadero escritor
escribe por necesidad, siente una pulsión interna que lo lleva a escribir de
una forma casi enfermiza, que nada ni nadie puede hacer nada por evitarlo. Bueno,
no es este mi caso. Me encanta escribir, disfruto enormemente tramando
historias, llevándolas al papel, observando la reacción que producen en los
lectores. Y ya está. La falta de tiempo, de ideas o la pereza, incluso, me
hacían ser muy inconstante. Así nació “El doctor Frankenstein, supongo”. Y
también comenzó una época singularmente creativa de intercambio de textos y de
opiniones sobre la escritura con escritores de blogs similares al mío, colegas
(con el tiempo hasta amigos, algunos) que dedicaban sus esfuerzos a la
escritura de microrrelato con una entrega extraordinaria. Y con generosidad.
Esta generosidad fue la que me llevó, por primera vez en mi vida, a pensar que
las piezas, algunas de ellas, que había ido reuniendo en el blog podrían
reunirse en un volumen. Así me puse en contacto con Paréntesis. El resto ya lo
conocéis.
Pese a que el
primer envío a la editorial ya tenía una ordenación y selección de textos,
durante unos meses eliminé algunas piezas, añadí otras y pulí las elegidas aún
más de lo que ya estaban. Los libros de microrrelato se leen de una forma muy
particular, muchos de los lectores, entre los que me incluyo, lo hacen como si
fuera un libro de poesía: abres el libro casi al azar y lees un par de piezas.
Es raro que alguien lo lea en el orden propuesto por el autor, y más aún que,
además, se lea con una continuidad suficiente como para que haya un poso, un
impresión unificadora que sobrevuele todo el libro. Pese a todo, opté por
dividir el libro en dos partes, una más fantástica y otra más realista, que de
puro subjetivo podría pensarse que son arbitrarias (en realidad hay micros que
tanto podían situarse en una como en la otra). En vuestras manos tenéis el
resultado.
Lo último que
decidí fue el título. En el libro hay un micro que se titula “El goteo de los
años de lluvia” y me pareció que era un buen título para el libro, también.
Cuadraba con el aliento lírico de muchas de las piezas, hablaba de nostalgia,
sentimiento con el que me sentía, y me siento, identificado, y, sobre todo, encajaba
a la perfección con el objeto de mi nostalgia, mi Donosti natal, tierra de
lluvias. Sin embargo, la longitud del título y que hubiera un texto que se
llamara igual no acababan de convencerme. De ahí a “Los años de lluvia” como
título definitivo sólo había un paso.
Poco me queda por
añadir más que agradecer a Diarium su interés por tener en la librería “Los
años de lluvia” y desear que los microrrelatos que incluye os gusten y os hagan
disfrutar.
Jesus Esnaola Moraza
Os dejamos aquí uno de los micros incluidos en el libro.
NIVELES
El nivel del agua llega hasta las rodillas de los niños que juegan al fútbol en la plaza con naranjas caídas de los árboles. Alcanza el nivel del agua las barbas del abuelo, enredadas en el humo espeso, gris, que nace en la cazoleta de la pipa que ya fuera de su padre y forma columnas inverosímiles que se elevan como un recuerdo olvidado. Sube el agua, su nivel, por las escaleras del ayuntamiento en un fluir contra natura que sumerge al alcalde, ya ahogado en pena, derrotado por el progreso, incapaz de detener la construcción de la presa.
Cubre el agua, siempre el agua, la torre de la iglesia cuya campana, mecida por la corriente, esculpe ondas en la superficie con sus leves, sordos tañidos.
Si queréis disfrutar de este estupendo libro, podéis encontrarlo en DIARIUM.
Título: Los años de lluvia.
Autor: Jesus Esnaola Moraza
Editorial: Paréntesis
Edición: 2012
Precio: 12,00€
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